Los líderes son personas que tienen talento para convencer a otras personas de que hagan lo que ellos consideran que es mejor.
Ellos disponen de más poder porque no solamente logran que otros acepten lo que sugieren sino que además son considerados como personas superiores en todos los órdenes.
Alguien que lidera un equipo de fútbol suele ser considerado como capaz de elegir el mejor dentífrico o de recomendar la mejor compañía aérea (publicidad).
Aunque esto sea falso porque la destreza con la que se destaca es específica, concreta y reducida, los humanos nos deleitamos generalizando para suponer que alguien con gran capacidad oratoria, no solamente posee la verdad en temas sobre los que hace discursos, sino en todo lo demás.
Sin embargo muchos líderes no son capaces de convencer a nadie sino que poseen la habilidad de ponerse al frente de lo que hace la gente (con o sin líder), haciéndonos creer que ese movimiento espontáneo está provocado por ellos.
Estos falsos líderes son los que dicen aquello que dice todo el mundo, los que gritan como propio lo que nadie puede dejar de pensar (cuidemos la salud, defendamos a los más débiles, apresemos a los delincuentes, etc., etc.).
Dentro de esta última categoría está lo que hacen algunas personas con su filosofía de vida.
Efectivamente, como he mencionado varias veces (1), “vivir duele”. Es normal tener molestias, dolores, cansancio, hambre, angustia y esto forma parte de la existencia.
Algunas personas, en un intento inútil por evitar estas dificultades inherentes a estar vivos, hacen cosas que les causa más dolor: no se cuidan, se accidentan, se meten en problemas y un largo etcétera.
De esta forma se imaginan liderando a su antojo las molestias impuestas por la naturaleza y además gozan pensando que dejarán de tener dificultades cuando quieran.
(1) La naturaleza es hermosa pero antipática
(Maldita)Felicidad publicitaria
Somos marionetas de la naturaleza
Loción infalible contra las molestias
La disconformidad universal
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