lunes, 17 de mayo de 2010

La devolución del cuerpo

La naturaleza no es humana, ni canina ni vegetal. Por el contrario, los seres humanos, los perros y las plantas, pertenecemos a la naturaleza.

Según el diccionario, la naturaleza es el «Conjunto, orden y disposición de todo lo que compone el universo».

No podemos evitar interpretar lo que nos rodea con un criterio propio de nuestra especie (1).

Si miramos una rosa, seguramente la veremos con un cierto color, percibiremos su perfume, la encontraremos hermosa, pero estos no son atributos de la rosa.

Por supuesto que el nombre «rosa» tampoco es parte real de esa flor. Todas son ocurrencias nuestras.

Es posible afirmar entonces que todo lo que pensamos puede tener coincidencias o no con la realidad. Es más acertado decir que todo lo que pensamos o percibimos no pasa de ser un punto de vista restringido a nuestra especie.

Si fuera cierto que la naturaleza se vale de causarnos dolor y placer (2) para estimular reacciones imprescindibles para que sigamos vivos el mayor tiempo posible, entonces el dolor y el placer son fenómenos que nos favorecen.

Si alguien se enferma, padece y eso obliga al enfermo a realizar ciertos cambios en su vida (quietud, dieta, preocuparse).

Cuando lo que hace es insuficiente, el dolor aumenta y el enfermo procura hacer otras cosas (comentar con otros, preguntar, examinarse).

El padecimiento seguirá aumentando hasta que el enfermo (cada vez más castigado por el dolor) encuentre la solución para curarse o muera.

Es probable que la naturaleza no actúe como un ser humano sino que continuamente está probando la viabilidad de cada uno de nosotros.

Cuando tenemos una falla, nos enteramos por el dolor, actuamos y si no encontramos la solución, la naturaleza nos sacrifica para devolver al planeta este cuerpo biodegradable que recibimos en préstamo.

(1) El sol es color blanco
El señor Mesías González

(2) La naturaleza es hermosa pero antipática
(Maldita)Felicidad publicitaria
Somos marionetas de la naturaleza
Loción infalible contra las molestias
La disconformidad universal

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