martes, 11 de mayo de 2010

La destrucción constructiva

Cuando a los varoncitos se les preguntan qué quieren ser cuando sean grandes, suelen responder que les gustaría ser «bomberos».

En general uno piensa que a ellos les gustan los camiones grandes, las escaleras altas, la sirena estruendosa, el fuego impresionante, la actividad combativa de los hombres, sus increibles vestimentas (especialmente el casco).

Todo esto puede ser cierto pero los antropólogos que hay ido más atrás en la historia del ser humano también piensan que un deseo muy primario del varón es apagar el fuego con su orín.

Por su parte, aunque es un término médico, casi todos hemos oído hablar del metabolismo. Para recordarlo ahora les comento que es el conjunto de reacciones y procesos físico-químicos que ocurren en una célula para que haya vida y puedan crecer, reproducirse y funcionar según el lugar donde se encuentren (células hepáticas, cardíacas, cerebrales, etc.).

Estas reacciones y procesos físico-químicos queman las sustancias que reciben a través de la alimentación. Cada célula recibe oxígeno por ejemplo y lo consume. Si no lo consumiera, fallaría el metabolismo y se produciría la muerte de la célula.

La naturaleza genera la vida con esa destrucción incendiaria que instintivamente nos asusta y de ahí que el pequeño desee evitar la fase destructiva del fenómeno vida soñando con ser bombero.

Me consta que estas deducciones no son racionales pero recuerde usted que el razonamiento es la destreza menos indicada para entender la mente humana.

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