Las parejas en las que ambos cónyuges se atraen por las abundantes semejanzas, son menos creativas que las conflictivas.
Pensemos
en las peripecias que tienen las personas que se unen para cumplir la única
misión que tenemos: conservar la especie (1).
En
una rápida descripción, me animo a proponer que existen dos categorías de
potenciales cónyuges reproductivos:
1)
Quienes desearían ser andróginos (hermafroditas), para tener hijos con sí
mismos; y
2)
Quienes desearían complementarse sexualmente con otra persona.
Quienes
están alentados por la fantasía de ser autosuficientes, prescindiendo de otra
persona que fertilice o sea fertilizada, están condenados al fracaso porque las
personas hermafroditas, si bien poseen ambos sexos, por lo menos uno de ellos
está atrofiado y no permite la auto-fecundación.
Como
este obstáculo anatómico es insalvable, entonces esas personas tratan de
vincularse con personas que, subjetivamente, parezcan idénticas, en los gustos,
en el carácter, en las historias de vida. El atractivo se multiplica ante cada
similitud y se enfría ante cada disenso.
Quienes
desearían complementarse sexualmente con otra persona, se sienten muy atraídos
por quienes nunca se ponen de acuerdo en casi nada. Si uno es ateo, el otro es
católico; si uno disfruta de los postres el otro no prueba los alimentos dulces;
si uno es sociable el otro parece ermitaño.
Me animo a
proponer una breve definición: los del primer grupo desean cumplir la única
misión, «ratificándose» y los segundos, desearían cumplirla «complementándose».
En un caso,
los cónyuges se sienten perfectos, completos, muy serenos y en el segundo caso,
los cónyuges se sienten imperfectos, incompletos, angustiados.
Como he
mencionado en otros artículos (2), es casi un hecho que la naturaleza se vale
de provocarnos dolor y placer para permitir que el fenómeno vida se interrumpa lo más tarde
posible.
Las
parejas hermafroditas prometen una
convivencia poco reproductiva.
(1)
Blog que concentra los artículos sobre La única misión
(2) Blog que concentra los artículos sobre el «fenómeno vida».
(Este es el
Artículo Nº 1.645)
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1 comentario:
Es como casarse con el hermano gemelo.
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