domingo, 4 de noviembre de 2012

Los negocios curativos



   
Trabajar, producir, hacer negocios, pueden ser soluciones para una depresión no diagnosticable porque el depresivo así la mantiene compensada, neutralizada, casi curada.

No recuerdo cuándo ni dónde me enteré de  una historia con ribetes psicoanalíticos.

Trataba de una mujer muy rica, que vivía con su esposo, en una casa bellamente decorada.

Como suele ocurrir esta señora, a la que parecía no faltarle nada para ser feliz, sufría de una profunda depresión.

Sólo para ponernos de acuerdo, les recuerdo que una depresión anímica es un «Síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos».

Como por depresión también podemos entender que se trata de una concavidad, un hueco, un agujero de respetables dimensiones, esta señora tuvo una crisis muy dolorosa cuando un cuadro al óleo muy apreciado por ella, fue quitado para su venta.

A partir de esta pérdida su mala salud hizo crisis, pero por esas cosas que tiene el azar, no tuvo mejor idea que remplazar la obra pictórica por un cuadro «igual», pero hecho por ella... que no sabía ni de pinceles.

Se abocó a la tarea con la angustia de quien está desesperado, amenazado de muerte, de quien siente que se juega su última carta.

Como podrán imaginar el cuadro realizado por la novicia no tenía nada de parecido al que ella intentaba remplazar, pero sin embargo se sintió mejor haciéndolo y comenzó a salir del pozo depresivo.

Los síntomas son penosos (asma, fobias, alergias, arritmias cardíacas, y muchos otros) pero sin embargo resultan ser reequilibrantes, compensatorios, «saludables». Son tan difíciles de remover porque para hacerlo es preciso poner al paciente en riesgo de enfermar.

Trabajar, producir, hacer negocios, pueden ser soluciones para una depresión no diagnosticable porque el depresivo así la mantiene compensada, neutralizada, casi curada.

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