lunes, 7 de abril de 2014

Trabajo gratis para quien da limosna


En algunos pueblos hispanoparlantes, se habla de la dolorosa para referirse al documento comercial que indica de qué monto debe ser una limosna cristianamente válida (con dimensión penitencial).

Aunque el Diccionario de Americanismos de la Real Academia Española aun no lo tiene incorporado, en algunos pueblos hispanoparlantes se le dice dolorosa a la factura de compra, al ticket de caja, al boleto de consumo, a la nota de contado o como le llamen a ese comprobante que debe entregar quien cobra a quien paga.

Por ejemplo, en un bar de parroquianos, se puede oír que alguien dice:

— Mesero, tráeme la dolorosa, (refiriéndose al ticket de consumición), para saber cuánto tengo que pagarte.

Si bien toda compra es un trueque en el que se permuta mercadería común por dinero, no todo el mundo entiende así esta transacción. Especialmente cuando el bien que se paga es un servicio (reparación, pintura de casas y muebles, interpretación artística, atención de salud, limpieza sanitaria).

En un trueque, dos personas intercambian bienes de valor similar; en una compra debemos entender que el dinero también es un bien. Por eso se dice que una compra es un trueque.

Pero para quienes esta transacción no es ni un trueque ni una compra, sino alguna otra cosa que no saben bien qué es, pueden imaginarse al margen de la economía de mercado a la que pertenecen y suponer que entregan lo que entregan, (bienes o servicios), en forma gratuita, siempre que el otro esté dispuesto a darles una limosna.

En los hechos la situación es igual a una venta de bienes o servicios que se pagan con dinero, pero para estos marginales, (porque procuran ubicarse al margen del sistema capitalista), es preferible pensar que trabajan gratis solo para quienes les dan limosna.

En este concepto aparece la doctrina cristina para fijar una pauta económica que beneficia a quien trabaja gratis.

Efectivamente, los católicos dicen que ninguna limosna es un acto cristiano si no le duele a quien la da.

Por este motivo, aquella persona que simuló trabajar gratis tiene en realidad la intención de cobrar más que si le hubiera puesto un precio, pues esa limosna, que opera como remuneración, debe ser tan alta que martirice al comprador.

Llegamos a este punto para entender por qué, en algunos pueblos hispanoparlantes, se habla de la dolorosa para referirse al documento comercial que indica de qué monto debe ser la limosna cristianamente válida (con dimensión penitencial).

(Este es el Artículo Nº 2.151)


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