Cuando cuentan nuestra
historia insisten con los detalles de los terribles
dolores del parto, pero nunca mencionan cuanto gozaron gestándonos.
El escritor Hans Christian
Andersen (Dinamarca, 1805-1875), escribió varios cuentos para niños, alguno de
los cuales quizá usted conoce: El patito
feo, La sirenita, El traje nuevo del emperador.
Escribió cuentos para niños y también para
psicólogos que no aprendemos solo de Freud.
En El
traje nuevo del emperador se cuenta que dos caraduras convencieron a un
emperador y a sus asesores de que eran capaces de tejer una prenda visible solo
para personas de buen corazón.
Los hábiles estafadores se instalaron en el palacio,
pidieron mucho dinero para la compra de materiales, comieron y bebieron todo lo
que pudieron, dieron tiempo al pueblo para que la noticia fuera ampliamente
conocida y, cuando llegó el gran día, el emperador salió a recorrer la comarca
vestido con el traje que solo podrían ver las personas de buen corazón. Todos
aseguraron que el traje era hermoso para demostrar que tenían un buen corazón y
solo un inocente niño dijo: «El emperador está desnudo».
Mujeres
y hombres seguimos creyendo que nuestras hembras sufren dolores terribles
cuando paren.
Así
como en el cuento de Andersen los
pobladores tenían que ver algo invisible para demostrar que tenían buen
corazón, quienes no crean que los humanos son los únicos mamíferos que paren
con dolor, o no tienen buen corazón o son tontos o traicionan un mito sagrado.
Como en este blog están agrupados los
artículos que refieren a las dificultades para ganar dinero les comento qué nos
ocurre a los humanos.
Cuando comenzamos a enterarnos de cómo
empezó nuestra existencia nadie nos dice todo lo que gozaron nuestros padres
gestándonos, pero nos repiten hasta el cansancio todo lo que padecieron.
Somos pobres porque nos creemos endeudados.
Artículo vinculado
(Este es el Artículo Nº 2.059)
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