Porque «sobre gustos no hay nada
escrito», es casi imposible que los consejos recibidos tengan alguna utilidad y
posible aplicación.
Razonemos:
— preferimos estar vivos a estar muertos;
— preferimos darnos cuenta (confirmar
sensorialmente) que estamos vivos (de nada nos serviría estar vivos en estado
de coma, inconscientes, en estado vegetativo);
— es posible decir que para darnos cuenta de
que estamos vivos, tanto lo sabemos disfrutando de agradables sensaciones como
sufriendo penosas mortificaciones (estamos de acuerdo en que si se pudiéramos
elegir todos preferimos confirmar nuestra existencia solo disfrutando, sin
dolores);
— dado que lo importante es estar vivos y
darnos cuenta de ello, para lo cual necesitamos «sentir» (placer o dolor), podemos decir que
el verbo «gozar» (2) significa: tener sensaciones gratas o ingratas que nos
confirman que estamos vivos;
— como
«sobre gustos no hay nada escrito», tendríamos que admitir que los placeres y
dolores no son para todo el mundo igual: algunas personas disfrutan sintiendo
placer y otras sintiendo dolor;
— de esta
variada gama de posibles sensaciones podemos deducir que el verbo «gozar» alude
a sensaciones que nos dan la alegría de sabernos con vida, aunque esté
integrado por placeres y también dolores;
— las
expectativas de cada uno (1), que también podríamos llamar «esperanzas»,
«ilusiones», «anhelos», «perspectivas», influyen fuertemente en cómo nos
sentimos en cada ocasión. Como decía en el artículo referido (1), cuando no
esperamos nada cualquier cosa que recibimos es ganancia pura (neta, líquida) y,
por deducción, si nuestras expectativas son muy ambiciosas estaremos expuestos
a padecer una frustración tras otra.
En suma: de esta cadena de razonamientos podemos
concluir que todos necesitamos «gozar» (sentir que estamos vivos, mediante el
placer y/o el dolor), para lo cual nuestra estrategia tendrá que ser muy
personal porque nuestros gustos también son personales.
Conclusión: Es casi imposible que los
consejos tengan alguna utilidad.
(1)
Las
expectativas
(2)
El verbo «gozar» (de buena salud, de la vida, de alguien), alude a la
gratificación por sentirnos «vivos, en las buenas y en las malas».
(Este es el
Artículo Nº 1.603)
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