viernes, 1 de junio de 2012

El sacrificio obligatorio



La conflictiva edípica puede dejarnos la creencia en que tenemos prohibido aceptar oportunidades que no sean sacrificadas.

— «Lo que vale cuesta»;

— «Todas las cosas en la vida exigen una cuota de dolor»;

— «Todo sacrificio tiene su recompensa».

En las múltiples acepciones que muestra el Diccionario de la Real Academia Española de la palabra «sacrificio» (1), encontramos las siguientes palabras claves:

Abnegación, amor, expiación, guerra, homenaje, matanza, ofrenda, peligro, vehemencia.

En forma más resumida, podemos decir que «sacrificio refiere a una entrega apasionada».

He estado publicando algunos artículos (2) con diversas reflexiones referidas a la prohibición del incesto y a los inconvenientes psicológicos que esta genera («conflictiva edípica»).

En resumen, cuando somos niños nuestro vínculo materno nos activa las sensaciones corporales asociándolas al placer (calmar el hambre, acompañarnos, acariciarnos). Estos comienzos nos predisponen a que sea ella nuestro único objeto sexual (tanto para varones como para niñas), pero más o menos a los cinco años nos enteramos que ese gran amor es imposible.

La «conflictiva edípica» es una forma de «sacrificio». A la tierna edad de cinco años (aproximadamente) ingresamos al doloroso terreno de la frustración y tenemos que «sacrificarnos renunciando» a nuestro único y gran amor.

Por lo tanto aprendimos qué es el amor erótico con nuestra madre y aprendimos qué es el sacrificio también con nuestra madre, pues es ella quien de alguna manera se negó a tener hijos con nosotros (sus hijos o hijas).

Con estos antecedentes ingresamos a la sociedad. Si respetamos la prohibición del incesto, el colectivo (familia, amigos, compañeros de estudio), nos acepta. Este terrible sacrificio es el peaje que la sociedad nos cobra para aceptarnos.

Sería muy lógico que para muchas personas solo puedan existir beneficios padeciendo enormes sacrificios (como rezan los refranes del principio).

En suma: perdemos muchas oportunidades porque no son suficientemente sacrificadas.

       
(Este es el Artículo Nº 1.555)

 

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