Quizá los ejércitos siempre fueron masculinos porque nuestro
temor al dolor nos hace pelear con más pasión que ellas.
Siempre me interesó saber qué nos ocurre con
el dolor, al punto que, de tanto escribir sobre el tema, obtuve el pretexto
para crear un blog (1).
Más recientemente, estuve re-convocado por el
asunto y, acá estoy, escribiendo sobre lo mismo (2).
Como no es posible saber cuánto dolor sienten
los demás, no sabemos con exactitud sobre el sufrimiento ajeno, solo nos
guiamos por lo que imaginamos en la situación de un doliente, nos ponemos en su
lugar, tratamos de identificarnos con él. Solo así suponemos cuánto sufren los
otros.
Sin embargo, es posible aventurar una
hipótesis generalizante, solo para reunir las opiniones de quienes estén
dispuestos a confiar en ella.
Esta hipótesis generalizante dice que los
varones somos menos resistentes al dolor que las mujeres. Más aún: agregaría
que entre ellas encontramos más gente que siente cierto placer erótico con el
dolor y entre ellos encontramos más gente que siente cierto placer erótico
causando dolor. Concretamente: el masoquismo es una característica
predominantemente femenina y el sadismo es una característica predominantemente
masculina.
Si usted considera que estas hipótesis pueden
conducirnos a algunas conclusiones interesantes, entonces continuemos juntos.
¿Por qué los ejércitos están conformados
mayoritariamente por masculinos?
Parece lógico que, mientras ellos se mataban
en el frente de batalla, ellas se dedicaran a reponer nuevos ejemplares sin
exponerse a morir bajo el fuego de los enemigos. Sin embargo, no es tan lógico
porque la reposición de soldados por esta vía demoraría más de lo que duraban
las guerras.
Creo que los soldados siempre fueron varones
porque el miedo al dolor nos pone más agresivos que a ellas. Al ser más
resistentes, las mujeres pondrían menos pasión combativa y hasta perderíamos
las guerras.
(Este es el Artículo Nº 2.071)
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