Necesitamos el dolor y los alimentos en pequeñas dosis pero los rechazamos en grandes dosis.
1) Por cómo evitamos la muerte, es 100% seguro que deseamos estar vivos;
2) Por cómo necesitamos los alimentos, es 100% seguro que tenemos hacia ellos una alta valoración, al punto de trabajar para producirlos y conservarlos;
3) No solamente evitamos la muerte propia sino que el 99% de las veces tratamos de evitar la muerte ajena;
4) No solamente evitamos la muerte ajena sino que en algunos casos, cuando esta ocurre, sentimos tristeza durante mucho tiempo;
5) Por como evitamos el dolor, es 100% seguro que no queremos sufrir.
En términos generales estas afirmaciones cuentan con un amplio consenso.
Ahora corresponde pensar en las excepciones pues también forman parte de nuestro diario acontecer, de nuestros intereses y hasta determinan algunas acciones.
1) Para quienes no creemos en el libre albedrío (1), es claro entender que el suicidio es una forma de morir de algunas enfermedades terminales, por más voluntario e intencional que nos parezca el acto en sí;
2) Es cierto que necesitamos y cuidamos los alimentos, pero a la hora de consumirlos, sólo nos interesa ingerirlos hasta un cierto punto, sólo hasta la saciedad. Si nos obligaran a seguir comiendo, los rechazaríamos;
3) Intentamos evitar la muerte ajena pero a veces aprobamos la pena de muerte, la guerra y hasta los exterminios étnicos;
4) Nos causa mucho dolor la muerte de los seres queridos, pero otras muertes nos resultan 99% indiferentes;
5) Si bien evitamos el dolor, podemos compararlo con los alimentos mencionados en los puntos 2), pues es posible sostener que aceptamos y buscamos pequeñas dosis de dolor (descuidamos la salud, somos negligentes, gastamos dinero en exceso).
Hipótesis: necesitamos el dolor en ciertas cantidades, como los alimentos.
(1) El tema Libre albedrío y determinismo está ampliamente comentado en otro blog del mismo nombre.
(Este es el Artículo Nº 179)
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